Elegir el adecuado protegerá la salud y contribuirá a reducir el desperdicio de alimentos y a cuidar el medio ambiente
A la hora de conservar alimentos, elegir el envase adecuado es fundamental para mantener su frescura, sabor y valor nutricional. Los envases pueden influir en la durabilidad de los productos y en la seguridad alimentaria, por lo que es importante conocer cuáles son los mejores y peores materiales para este fin.
Más recomendados
Vidrio: es uno de los materiales más recomendados debido a su inercia química. No libera sustancias tóxicas, es resistente a olores y manchas, y permite ver el contenido con facilidad. Además, es apto para el congelador, microondas y lavaplatos automático.
Acero inoxidable: ideal para conservar alimentos sólidos y líquidos, ya que es resistente, duradero y no reacciona con los alimentos. Es fácil de limpiar y no retiene olores ni sabores.
Plástico sin BPA: algunos plásticos etiquetados como libres de BPA son seguros para almacenar alimentos. Es importante verificar que sean aptos para microondas y congelador.
Silicona de grado alimenticio: flexible, resistente a temperaturas extremas y fácil de limpiar. Es una buena opción para congelar o calentar alimentos.
Mejor evitar
Plásticos con BPA o ftalatos: estos compuestos pueden filtrarse en los alimentos, especialmente al calentar, y se asocian con riesgos para la salud. Evitar envases reciclados o sin identificación clara del material.
Espuma de poliestireno: no son resistentes al calor y pueden liberar sustancias tóxicas. Además, no son sostenibles ni reciclables de manera eficiente.
Papel o cartón no tratado: pueden absorber humedad y grasa, lo que afecta la calidad de los alimentos y favorece el crecimiento de bacterias.
Metal sin recubrimiento: algunos metales pueden reaccionar con alimentos ácidos, alterando el sabor y potencialmente liberando sustancias nocivas.
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