Se realizaron las pruebas con crudo pesado para ver cómo ayudan a la biodegradación
Pruebas realizadas hasta ahora han demostrado que en unos seis meses se puede obtener 50 % de mejoras en suelos afectados por derrames de petróleo y metales pesados tras la aplicación de una mezcla de residuos agroindustriales.
Este es el resultado de los experimentos de un proyecto que adelanta el Laboratorio de Ecología de Suelo, Ambiente y Agricultura del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), de acuerdo con la declaración de su presidente, doctor Saúl Flores.
El científico explicó a Últimas Noticias que triturando desechos agroindustriales y consolidando una especie de sustrato se puede lograr regenerar los suelos en las zonas de extracción de petróleo e impactados por actividad minera.
Detalló que se iniciaron pruebas con crudo pesado para ver cómo este tipo de residuos ayudan a la biodegradación de los suelos para que los microorganismos se multipliquen, “y nos dieron muy buenos resultados”.
“Lo que hemos preparado se mezcló con el crudo y al medirlo notamos que empezó a desaparecer ese elemento que está generando esa perturbación en el suelo, ese daño en el suelo. Al principio pareciera que no pasa nada, pero en una semana se empieza a observar que estos se descomponen, o sea, se acelera porque la microbiota, los microorganismos, están como en una fase latente. Hemos visto, por ejemplo, datos de que en seis meses la mejora es importante, como del 50% en esa parte impactada por un derrame”, puntualizó.

Metodología
Una vez que estudiaron cómo se comportan en el agua y suelo con la caracterización físico-química determinada, produjeron mezclas con residuos de moringa, cuyas cápsulas pueden absorber el zinc, el manganeso, el plomo, el mercurio y otros metales.
El proyecto, que es financiado por el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit), no solo consiste en las cápsulas de moringa, sino en cascarilla de arroz, tusa de maíz y otros desechos orgánicos.
“Nosotros vamos a hacer esas mezclas para distintas aplicaciones. Por ejemplo, si en un suelo hay metales pesados, para ese caso es una mezcla que tiene estos compuestos como la cáscara de arroz y cápsulas de moringa. Estamos hablando de que es una mezcla determinada y eso lo tenemos ya precisado”, añadió.
Biorremediar
El suelo es un sistema vivo que alberga pequeños animales, bacterias, hongos y lombrices. Cuando hay contaminación, por lo general es por metales pesados o un derrame de petróleo, así como gasolina. Toda esa perturbación, intencional o no, impacta en esas pequeñas formas de vida que tiene el suelo como su hábitat, en las cuales se incluyen a las hormigas y termitas.
En esas condiciones, además, se hace imposible sembrar y, de lograrse, el cultivo estaría infectado. “O sea, son suelos muy pobres, están perturbados, ya no están en su forma natural”, dijo.
“Es así como con bioestimulación se pueden agregar materiales, en este caso tusa de maíz, cascarilla de arroz y cápsulas de moringa, los cuales molemos en partículas muy pequeñas y los mezclamos con el suelo para que las formas de vida en el suelo como bacterias y hongos los consuman”, precisó.
Los diminutos animales son parte del ciclo de la vida y al biorremediar el suelo ellos florecen y se recuperan, convirtiendo esta técnica libre de químicos en una forma de revivir espacios degradados, perturbados y maltratados por la actividad humana, como es el caso de la minería y extracción de hidrocarburos.
“Se puede usar para recuperar sitios donde hubo minería, y por eso es que tiene potencial y vamos a hacer mezclas para distintas aplicaciones”, reiteró.
Otras ideas
En concreto, son varios proyectos que surgieron a partir de la caracterización de estos residuos: uno que tiene que ver con una preocupación mundial que son los metales pesados que afectan la salud por medio del agua y el suelo. Por eso, también se prevé el diseño de unos biofiltros, es decir, una patente para purificar el agua.
El otro es un sustrato gelificado que, con el aprovechamiento de los desechos agroindustriales y el almidón de yuca, se pueden producir plántulas de rubros estratégicos como papa y ocumo.
En relación con la idea de fabricar unos biofiltros, derivó de pruebas en las que se demostró que estos materiales tienen la capacidad de captar todo tipo de residuos, tanto metales pesados como colorantes.
“Fue maravilloso empezamos a darnos cuenta de que las cápsulas de moringa pueden absorber una cantidad de metales pesados que se quedan absorbidos a ese material, es decir, que son inmovilizados por completo. Eso es un indicativo de que estos materiales tienen el potencial para desinfectar y recuperar las aguas servidas o de tipo industrial”, acotó.
Datos
- Importaciones. La consolidación de este tipo de proyectos permitirá al país sustituir la importación de productos como el agar-agar, un sustrato proveniente de las algas cuyo costo ronda los 600 dólares por kilo.
- Escalar. Al igual que otros proyectos científicos que se desarrollan en el país, el escalamiento de esta iniciativa se hará a través del parque Científico-Tecnológico de Venezuela.