53% dice que cuando más se come la arepa es en el desayuno y 29% la come tanto en el desayuno como en la cena.
“La palabra ‘arepa’ procede del cumanagoto erepa, que en dicho idioma caribe era nombre genérico del maíz. Pero el uso de esta especie de pan en forma de disco, que hoy es unánime providencia de toda mesa venezolana, debe ser tan antiguo como la ‘cultura arcaica del maíz’, que se extendió por toda América no menos de cinco milenios antes de que aparecieran en el continente los primeros europeos”.
Son palabras nada menos que de Mariano Picón Salas, uno de los escritores y pensadores venezolanos más importantes de todos los tiempos, en un artículo de 1945 para la revista El Farol, titulado Pequeña historia de la arepa y recogido en su Suma de Venezuela. Allí señala uno de los argumentos que nos asignan el derecho de reivindicar la arepa como emblema de la venezolanidad. A esas líneas se agregan las loas escritas, también en 1945 pero para la revista Élite, por el periodista y escritor Alfredo Armas Alfonzo:
“La arepa, nuestra sabrosa y conocida arepa, es algo que lleva implícito un criollísimo nacionalismo; la arepa es más venezolana que el Loco Bermúdez y aún más esencialmente típico que las caraotas fritas o la gustosa mezcla de este grano proletario con el arroz blanco… la arepa es un símbolo gastronómico de lo esencial venezolano, digno de un monumento. De una gran estatua donde la arepa figure como pedestal de las grandes locuras nacionales”.
Cada segundo sábado de septiembre, desde el año 2012, tanto en redes sociales como en medios de comunicación proliferan los contenidos sobre este ícono venezolano en torno a lo que se ha acuñado como Día Mundial de la Arepa. A propósito de esta fecha, en Datos UN nos propusimos explorar algunos rasgos del comportamiento de nuestros usuarios con respecto al consumo de arepas y el significado que tiene para nosotros.
Publicamos una encuesta digital en nuestro portal web y redes sociales y entre el lunes 9 y el jueves 12 de septiembre participaron 940 personas. Estos son los resultados.
Presente siempre
Nuestro sondeo comenzó con una pregunta que situara el lugar de la arepa en el imaginario gastronómico de los participantes. Pedimos señalar el plato que consideraran “más típico y representativo de la gastronomía venezolana”. Pusimos una lista con varios manjares, pero los que destacaron definitivamente sobre los demás fueron la arepa, indiscutible ganadora con 65,6%, seguida del pabellón criollo, elegido como estandarte culinario por 31,3%. Otras opciones, incluyendo la cachapa y la hallaca, acumularon 3,1%.
Seguidamente, preguntamos con qué frecuencia se consume la arepa. Obtuvimos que 64,5% de nuestra audiencia afirma comer arepa todos los día
Una cuarta parte, 25,4%, dijo que come arepas de tres a cinco días a la semana, 7,2% asegura que las come al menos 1 vez a la semana y 2,7% respondió que solo las come de vez en cuando. Una cantidad tan baja como 0,2% de nuestra audiencia dijo que “nunca come arepa”.
Ahora bien, si comemos arepas a diario, ¿qué momento del día es el preferido para ello? ¿En cuál de “los tres golpes” está presente nuestra embajadora gastronómica? Una clara mayoría (53%) respondió que, de las tres comidas principales del día, es más frecuente que coma arepas en el desayuno. Luego, un 29,6% dijo que las consume con más frecuencia en dos ocasiones, tanto en el desayuno como en la cena. Mucho menos son los que afirman comer arepa mayormente en la cena (7,3%).
Después están pequeños grupos que reúnen otras combinaciones: 3,5% come arepas en las tres comidas, 2,4% solo en el almuerzo, 1,9% en el desayuno y en el almuerzo, 1% en el almuerzo y en la cena y solo 0,6% dijo que no come arepas en ninguna de las tres comidas principales del día.
¿Asada o frita?
Preguntamos por el tipo de arepa más conocida. Más allá de los rellenos, donde el queso es lo más frecuente según un sondeo de Datos UN realizado el año pasado, nos interesó explorar el tipo de preparación. Encontramos, en primer lugar, que la arepa más conocida es la arepa asada, con 93,1% de los participantes respondiendo que la ha probado al menos una
En segundo lugar se ubica la arepa frita, con 77,9%. Luego están la arepita dulce con 63,5%, la arepa de chicharrón (con trocitos de chicharrón mezclados en la masa) con 50,9%, la arepa andina (de trigo) con 46,3%, la arepa pelada o pelá con 45,4%, la arepa de yuca con 27,9%, la tostada (arepa fría rellena, envuelta en huevo batido y luego frita) con 27,7%, arepa de queso (con queso blanco rallado mezclado en la masa) con 24,6%, la arepa de plátano con 22,2%, la arepa hervida con 15,5%, la sopa de arepa (trozos de arepa en un plato de leche caliente con sal) con 10,6%, y la arepa de coco (masa mezclada con coco rallado y papelón) con 1,9%. Otras respuestas acumularon 2,2%.
Al preguntar cuál de las presentaciones mencionadas los participantes consumen con más frecuencia la respuesta más repetida fue arepa asada con 89,4%. Solo 6% dijo que come más frecuentemente arepas fritas. Entre los otros tipos de arepa reunieron 4,6%.
Ahora, independientemente de cuál es la más consumida, preguntamos a quienes respondieron nuestro sondeo cuál es el tipo de arepa que más les gusta. Tenemos, entonces, que la arepa asada lidera la lista de preferencia con 50%. Luego está la arepa frita, preferida por 28,4%.
Seguidamente, con bastante diferencia, encontramos como favoritas la arepa de chicharrón con 5,6%, la arepita dulce con 4,5%, la arepa andina con 4,1%, la arepa pelada con 2,6%, la arepa de queso con 1,5%, y la tostada con 1,1%. Otros tipos reunieron 2,2%.
¿Todos los días es demasiado?
La siguiente parte de nuestra encuesta consistió en explorar los sentimientos de la audiencia acerca de su consumo de arepa. Propusimos tres frases y los participantes debían señalar si estaban de acuerdo o en desacuerdo con cada sentencia. La primera fue “Podría comer arepa todos los días de mi vida”. Obtuvimos que 57,9% dijo estar totalmente de acuerdo y 23,1% dijo estar de acuerdo, para un total de 81% de coincidencia con el sentimiento expresado en la proposición.
La siguiente frase fue: “Siento que como demasiada arepa, debería comer menos”. En este caso, 22,2% dijo estar totalmente de acuerdo y 28% contestó que está de acuerdo, para un total de 50,2%.
La última frase propuesta fue: “No podría pasar un día sin comer arepa”. Aquí 21,1% dijo que está totalmente de acuerdo y 21,6% manifestó estar de acuerdo, para un total de 42,7% de conformidad.
Notamos que las dos proposiciones positivas en cuanto al consumo de arepas, no poder pasar un día sin ella y poder comerlas todos los días, se ubican alrededor de 40%. O sea, 4 de cada 10 se reconoce como un comedor de arepas empedernido. Sin embargo, hay una mitad que puede sentir que tal vez come arepa en exceso y que podría ser menos. En cualquier caso, la popularidad de este plato y la identificación que los venezolanos sentimos con él saltan a la vista sin ningún atisbo de duda.
