Esta racha alcista ha sido impresionante, con un incremento cercano al 30% en lo que va de 2024. Pero, ¿qué factores están impulsando esta escalada sin precedentes?
El oro continúa su ascenso imparable, alcanzando un nuevo máximo histórico (el cuarto consecutivo), todo ello en medio del aumento de las tensiones en Medio Oriente, lo que potencia aún más su atractivo como activo refugio.
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Además, los datos económicos de Estados Unidos, que han mostrado debilidad, respaldan la idea de que podrían implementarse recortes más significativos en las tasas de interés, opinan desde Bolsamanía.
El precio del oro al contado alcanzó el martes un máximo histórico de 2.664,34 dólares por onza, tras la publicación de un informe que reveló una caída de la confianza del consumidor estadounidense en septiembre, la más pronunciada en tres años.
Pero la fiebre del metal amarillo no se detuvo ahí, y hoy, miércoles, su precio siguió subiendo hasta otro máximo histórico de 2.670,54 dólares la onza, el cuarto día consecutivo marcando máximos históricos.
Por su parte, el contrato de futuros del oro en EEUU, el más negociado, ha alcanzado repetidos máximos este año, el último de ellos un nuevo récord de 2.691 dólares el martes, antes de retroceder.
En lo que va de 2024, el metal precioso ha experimentado un aumento cercano al 28%, con un impulso adicional tras el recorte de medio punto realizado por la Reserva Federal la semana pasada.
Según Bas Kooijman, director ejecutivo y gestor de activos en DHF Capital SA, el reciente incremento en los precios del oro se debe a condiciones de mercado favorables, incluyendo declaraciones moderadas de varios miembros de la Reserva Federal y el primer recorte de tasas de la semana anterior.
Kooijman sugiere que «las expectativas de nuevos recortes en las tasas de interés en los próximos meses podrían crear un entorno propicio para que el oro continúe su tendencia alcista a largo plazo».
Kathleen Brooks, directora de investigación en XTB, indica que «el precio del oro podría alcanzar los 2.700 dólares si los datos del PCE superan las expectativas».
Un factor crucial a considerar es el debilitamiento del dólar: «Este es un elemento clave detrás del aumento en la demanda de oro, que aunque no proporciona un rendimiento directo, sigue siendo atractivo para los inversores que buscan proteger su riqueza en un contexto donde los rendimientos de otros activos están disminuyendo», afirma Rania Gule, analista de mercado sénior en XS.com.
Desde J.Safra Sarasin Sustainable AM opinan que «la velocidad con la que se desacelere la actividad económica en EE.UU. será determinante» para futuras reducciones en las tasas y, por ende, para el comportamiento del oro.
A largo plazo, mantienen una «perspectiva positiva» sobre el metal precioso, «dadas nuestras proyecciones de un dólar más débil para 2025 y el riesgo de un mayor debilitamiento del mercado laboral estadounidense, lo cual indicaría rendimientos más bajos».
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