El aumento progresivo en los precios de las carnes rojas en el territorio aragüeño ha generado una baja afluencia de clientes en los establecimientos, debido al precario poder adquisitivo de los maracayeros.
Los comerciantes del Mercado Principal de Girardot aseguraron que en los últimos meses los precios de la carne han experimentado un notable incremento, lo que ha impactado negativamente en la demanda de estos productos por parte de los consumidores.
Estiman que las personas necesitan entre 50 y 70 dólares para hacer un mercado de carnes medianamente completo, que incluye un kilo de carne molida, un kilo de carne de bistec, un kilo de costilla, un kilo de carne para mechar, y podrían agregarle cerdo y pollo según sean los gustos.
Aunque los precios varían dependiendo del local, oscilan alrededor de 345 y 350 bolívares la carne de primera, y 325 y 330 bolívares la carne de segunda.
«Ante la situación las ventas han bajado mucho, la gente pregunta, pero esos son los costos. Lo que más se vende ahorita son lo que es hígado, panza, pata, rabo y lengua, pero la carne ha bajado mucho las ventas», dijo Alirio De La Cruz, vendedor.
En ese sentido, los dueños y encargados de carnicerías han expresado su preocupación ante la situación, ya que este declive ha afectado su capacidad para mantener sus negocios en funcionamiento. Algunos implementando estrategias como promociones para incentivar la compra de carne, pero se enfrentan a una realidad de mercado con limitaciones.
«La venta ha mermado mucho, la gente se lleva menos cantidad», expresó Jesús Gómez, también vendedor en este mercado, quien además destacó que los días más movidos son los fines de semana, no como antaño, pero aun mantenían algunos clientes fijos.
Debido a esto, los ciudadanos se ven en la difícil situación de tener que ajustar sus hábitos de alimentación en cuanto a carnes rojas debido a los altos precios, lo que pone de manifiesto a los desafíos que enfrentan las familias venezolanas para acceder a alimentos básicos en medio de un contexto económico complicado.
La situación se agrava debido a la caída en el poder adquisitivo de los ciudadanos, quienes se ven limitados para adquirir alimentos básicos como la carne.
Otros factores negativos son la inflación, la devaluación y los altos costos de producción, que han contribuido al aumento de los precios en la región, llevando a una gran disminución en la afluencia de clientes en los establecimientos que comercializan estos productos cárnicos.
ALEJANDRA BUITRAGO | elsiglo
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