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Ven que hay una desaceleración en el ritmo de depreciación del bolívar

Magaly Pérez

Para la economista Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, ha habido una desaceleración en el ritmo de la depreciación del bolívar, habida cuenta de que el aumento del precio del dólar ha sido muy moderado, especialmente desde enero de este año. Incluso durante el trimestre fuerte tuvo una aceleración controlada, que no es ni remotamente comparable con la que se presentó a principios del año 2023, destacó.

La especialista explicó que una vez que una moneda se deja de depreciar tan intensamente, supone la indiferencia de usar una u otra, es decir que cuando el tipo de cambio está más o menos tranquilo, a las personas les puede ser indistinto aceptar bolívares o dólares porque no tienen una expectativa de que el bolívar que reciben se va a depreciar rápidamente y/o va a tener que ir a buscar refugio en el dólar.
“No es que ese comportamiento ha desaparecido, es una cosa que subyace, que está presente. Y sobre todo creo que el indicador que muestran en el mes de febrero en particular está recogiendo el efecto del proceso de recaudación de impuesto sobre la renta (ISLR) que culminó el pasado 15 de mayo, y probablemente esa sea la razón de la desaceleración”, dijo Herrera.
Explicó que cuando se está en el proceso de buscar bolívares para pagar al fisco el impuesto sobre la renta, hay una búsqueda de bolívares y eso hace que no haya gran demanda de divisas, sino de bolívares para hacer el pago. Ese proceso facilita la contención de esa depreciación que tiene el bolívar.
“Eso le requiere al gobierno menos esfuerzo de intervención, aparte de lo que el gobierno ha venido haciendo que ha mantenido bajo relativo control el gasto público. Incluso en un contexto electoral se ha acelerado, pero no se ha desbocado”, indicó.
Desaceleración de la inflación
Entonces ese conjunto de cosas, y en particular en lo que llamamos el trimestre tributario, es un trimestre de búsqueda de bolívares, por eso aumenta el uso del bolívar y este se deprecia menos. Lo importante es que sea un proceso que pueda consolidarse con confianza plena en la moneda, y para eso tiene que avanzar en ese proceso de estabilización. Venezuela ha desacelerado notablemente la inflación, pero está lejos de tener resuelto el problema de generación de inflación sin recesión, y ese es uno de los problemas que hay por delante, acotó.
La economista señaló que lo interesante será ver, ahora que ya terminó la prórroga al pago del impuesto sobre la renta, “si a nuestro juicio tendrá que haber un poco más de intervención cambiaria por parte del Banco Central de Venezuela, si se quiere mantener esta moderación en el tipo de cambio”.

Convivencia del bolívar con el dólar
Para la especialista “la convivencia del bolívar con el dólar es algo que no puede desaparecer, tiene que ser un proceso ganado con confianza en las expectativas de nuestra propia economía, si eso no se logra, si se lleva eso a un proceso forzoso, más bien genera costos y desconfianza”.
Señaló que todo hecho, cualquiera que sea, que no tenga relación directa con el precio de la moneda, cualquier hecho que elimine la confianza o las expectativas de la economía, es algo que va a estar reforzando la noción de cobertura y protección hacia una moneda dura como es en este caso el dólar.
“La moneda de uso comercial más importante del planeta sigue siendo el dólar, entonces no es algo de lo que se puede pretender desprenderse. Lo que sí hay que consolidar es una economía que no busque la dolarización. Una cosa es que se pueda tener por razones de transaccionalidad el dólar y otra cosa es querer dolarizar”, indicó Herrera.
Dolarización
La dolarización es una tentación para algunos hacedores de política económica, porque si se adopta esa moneda, ya no hay razón para depreciarla, se estabiliza automáticamente ese proceso y se ahorra, es una forma de forzar al país a entrar en disciplina como agente hacedor de políticas públicas.
La economista explicó que cuando el dólar se convierte en la moneda de curso legal de un país, se impone una forzosa disciplina que tiene sus vulnerabilidades, así como tiene la gran ventaja de estabilizar automáticamente los precios en un país.
Expectativas económicas en 2024
Para la especialista, en ese espacio hay varias preocupaciones: “creo que estamos ajustando un poco a la baja el crecimiento de la economía porque el no haber logrado encaminar una negociación para lograr que se hubiera mantenido la Licencia 44, el hecho de perderla y el hecho de que ahora lo que hay es una invitación de sacar licencias petroleras particulares para operar en el área petrolera, eso va a producir una merma en los ingresos”.
El otro problema es que el fisco tiene necesidad de recursos. Recientemente, el presidente Nicolás Maduro anunció que aspiraba a duplicar la recaudación de los ingresos del gobierno para aumentar los salarios.
“Lo que quiero resaltar es que la economía venezolana está sometida a una carga de tributo bastante importante, no son solo impuestos, sino contribuciones parafiscales que no están siendo tomadas en cuenta”.
Piden prudencia en creación de cargas fiscales
A juicio de la economista Tamara Herrera “hay que tener mucha prudencia en la creación de nuevas cargas fiscales, porque son medidas que, además, si no se señalan metas ni procesos, deterioran las expectativas económicas”.
La competitividad de Venezuela está muy mermada porque tiene un tipo de cambio sobrevaluado, está relativamente contenido el dólar, y además porque tiene un conjunto de cargas y no está en condiciones de competir con una producción que llega del exterior con mucha más facilidad, indicó.
“Si tuviéramos una economía con pleno empleo, con una población empleada formalmente y con una economía en la cual la actividad productora utilice a plena capacidad sus instalaciones; si se le pone una carga fiscal adicional, esta podría asumirse con facilidad, es más, ni siquiera haría falta ponerla, porque la activación económica va a producir una mayor recaudación”, aseguró Herrera.
El problema es que se produzca un deterioro de expectativas por una mala señalización de las metas, y preocupa que una economía que esté funcionando a menos de la mitad de su capacidad tenga más cargas, porque lo que hace es dificultar su sostenibilidad, y “ese es el tema más importante a tener en cuenta”, dijo.