El consumo de comida chatarra es un tema controvertido en el ámbito de la nutrición y la salud, ya que genera opiniones encontradas entre los expertos. Mientras que algunos profesionales aseguran que la comida chatarra no aporta ningún aspecto positivo a la dieta, otros argumentan que puede contribuir a mantener una alimentación balanceada y adherente.
Según los nutricionistas que advierten sobre los riesgos de consumir comida chatarra, estos alimentos suelen ser ricos en grasas saturadas, azúcares refinados y aditivos químicos, lo que puede tener efectos negativos en la salud a largo plazo.
El consumo habitual de este tipo de productos se asocia con un mayor riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, algunos profesionales defienden que incluir ocasionalmente comida chatarra en la dieta puede ser beneficioso para la salud mental y emocional. Argumentan que disfrutar de alimentos placenteros e indulgentes de vez en cuando, puede ayudar a sanar la relación con la comida, mantener la mente sana y generar un equilibrio entre la comida altamente nutritiva, la comida por placer y el ejercicio físico.
«Tenemos un beneficio a largo plazo, en que comer en ocasiones comida chatarra como pizza o papas fritas, éstas nos pueden ayudar a saber que un plan nutricional o la mal llamada dieta, no es algo totalmente estricto o riguroso, sino que puedo llegar a incluir estas comidas y me ayuda a llevar un plan de forma más saludable en el tiempo», aseguró Armando Sanz, especialista dietético.
Es importante mencionar que la discusión sobre los pro y contra de consumir comida chatarra refleja la complejidad del tema y la importancia de adoptar decisiones informadas en relación a la alimentación, siendo fundamental buscar el consejo de profesionales de la salud para determinar cómo incorporar este tipo de alimentos de manera responsable en la dieta, sin descuidar la nutrición y el bienestar general.
Además, generar una buena relación con la comida mantiene hábitos saludables que son importantes no sólo en el plan de ejercicio, sean cual sea los objetivos, sino que permite a la mente conocer los límites sanos.
Es importante encontrar un equilibrio en la alimentación y no caer en extremos. Consumir comida chatarra de manera ocasional y moderada puede ser parte de una alimentación saludable, siempre y cuando se combine con una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio.
«Cuando logramos crear hábitos y no dietas entonces podemos sanar nuestra relación con la comida, cuando tú 80% es saludable en todos los sentidos, no solamente en la alimentación, sino en el ejercicio, en como duermes y en cómo te nutres, entonces tu 20% pueden ser alimentos que quizás no van a nutrir tanto tu cuerpo, pero van a ayudar a tener un plan adherente en el tiempo», añadió Sanz.
Finalmente, especificó que lo importante es llevar hábitos balanceados en todos los aspectos de la vida, una buena rutina de sueño, de ejercicio y alimentación permite que se mantenga el dinamismo y el funcionamiento correcto de todos los órganos y valores, ya que uno o dos días de consumo de comida «chatarra» no retrasa ni arruina el proceso, mientras que no se vuelva una costumbre.
No existen alimentos buenos o malos
Los especialistas en el ámbito deportivo también coincidieron con esta opinión, y es que Manuel Escalona, entrenador personal, explicó un tema bastante profundo, en el que mencionó que los alimentos no son buenos o malos, simplemente son alimentos y como tal deben tratarse.
Sin embargo, si especificó que siempre se debe comer lo más sano posible para llevar una dieta balanceada y cuidar el cuerpo y la mente, ya que estas grasas saturadas en exceso son nocivas para la salud.
«Dependiendo de la preparación de cada comida, pueden haber algunas que sean más o menos densas a nivel nutricional. En este caso, lo que conocemos como comida chatarra te aporta menos nutrientes, sin embargo, yo no soy de las personas que sataniza ningún tipo de alimento, porque pienso que todo tiene cabida dentro de una alimentación saludable», precisó.
Siendo un tema bastante complejo, ya que influyen muchos aspectos que ya no dependen netamente de si una persona desea o no tener un cambio en su aspecto físico y de salud, sino que no se tienen los recursos económicos necesarios para desarrollarse.
Sin perjudicar ningún tipo de proceso de entrenamiento, Escalona mencionó que esta comida «chatarra» debe incluirse en los planes alimenticios, a modo de mantener una sana relación con la comida y ofrecerle al cuerpo una variedad amplia y no restrictiva que con el tiempo puede perjudicar la salud mental.
Esta discusión entre los pro y los contra del consumo de comida «chatarra» va mucho más allá de «alimentos buenos» o «alimentos malos», tomando en cuenta también que se ha perpetuado una cultura de dietas que es muy restrictiva, que busca cumplir con patrones de belleza bastante alejados de la realidad.
Es importante también mencionar que son mucho más importantes los ejercicios, rutinas y procesos deportivos y en gimnasios cuando se enfocan en la movilidad y mejorar la salud física y mental, a enfocarlo en encajar en cánones de belleza que no son del todo saludables, alcanzables y reales.
El entrenador también mencionó que poder «darse sus gustos», proporciona tener un plan alimenticio que perdure en el tiempo y que pueda volverse una rutina y no un adversario.
Emulando la regla del «80-20», implícita en la nutrición, Escalona mencionó que se debe hacer que el 80% de las comidas al día sean saludables y el otro 20% se pueda reflejar en gustos como perro caliente, hamburguesas, pizzas y demás comidas denominada como «chatarra».
«Somos lo que comemos, mientras que tú más saludable comas te vas a sentir mejor, vas a tener más energía en el entrenamiento, vas a rendir mejor, vas a conseguir tus resultados de forma más rápida, al contrario de que se le de prioridad en la alimentación a la comida chatarra», destacó.
ES MÁS BARATO UNA «BALA FRÍA»
A pesar de los puntos de vista expresados por los profesionales de la nutrición y el entrenamiento, la realidad de los maracayeros es una completamente distinta, ya que el día a día es mucho más ajetreado de lo que se cree.
En una encuesta realizada a varias personas, mencionaron que es mucho más rápido, sencillo y económico comprarse un perro caliente o hamburguesa que buscar un restaurante que cumpla con estas especificaciones nutricionales.
Aunque sí se mantienen las personas que comen estos alimentos por un gusto o una ocasión especial, muchas más han mencionado que se trata más de un tema práctico, porque es comida rápida y está lista en pocos minutos, contrario a ir a un restaurante.
Además de esto, es una comida que satisface, por lo que no se queda con hambre, estas situaciones del «corri corre», como lo denominan algunas personas, son los mejores amigos de la comida «chatarra».
José Hernández, quien aseguró que la última vez que comió un perro caliente fue hace una semana, también mencionó que su día comprende varias tareas y que en muchas ocasiones no tiene el tiempo para dedicarse a conseguir un restaurante para una comida más saludable.
Hizo mención también de una situación más importante, y es que existen muchos más puestos de comida rápida en la calle, que restaurantes, que por lo general se deben acudir a los centros comerciales, sin contar que es más costoso.
«Es más rápido al momento de hacer las compras o lo que se esté haciendo, muchas veces por la rapidez, no tanto por el precio, sino por lo rápido», aseguró Hernández.
Un pensamiento que también compartió Gustavo López, trabajador del centro de Maracay, quien además mencionó que esa es su comida diaria, debido que ya conoce a los vendedores y sabe que utilizan ingredientes de buena calidad.
«Mi trabajo es muy rápido, estoy activado todo el día, yo soy el parquero de la cuadra y por lo más rápido para no dejar los carros solos, se me hace más fácil comerme un perro. Por lo más rápido y por lo más económico», ofreció López.
Sobre esto, también opinó César Mora, vendedor de estos alimentos en el centro de Maracay, quien asumió que este tipo de comida no es la más saludable que se pueda consumir, sin embargo, remarcó que es mucho rápido, debido al movimiento de la calle, las personas y el ritmo de trabajo.
«A nosotros los venezolanos nos gusta el perro caliente, combinando la situación país, el precio y lo rápido que es la comida, por eso se prefiere la comida en la calle. También influye la hora, los locales, más que todo al venezolano le gusta lo que es la bala fría y buscan la variedad y lo que sea más económico en la calle», enfatizó César Mora.
Mientras que la comida rápida en la calle cuesta 1 o hasta 3 dólares, existiendo también combos de 2 perros calientes por 1.5 dólares o 3 hamburguesas más un refresco en 5 dólares, las ensaladas más sencillas cuestan de 7 dólares en adelante.
La diferencia es abismal entre un precio y el otro, por lo que las personas siempre buscan economizar y sacar el mayor provecho al tiempo.
Pero en lo que todos coincidieron es que es importante una alimentación balanceada que incluya todos los aspectos que te pueda brindar una comida, sea cual sea, tomando en cuenta que los puestos de comida rápida siempre formarán parte del día a día de los venezolanos.
Sin embargo, es importante mantener presente la regla nutricional del 80-20, para disminuir el consumo de grasas saturadas, refrescos y demás alimentos que pueden ser nocivos para la salud si se consume en exceso, siempre identificando que los excesos son malos, independientemente del extremo.
ALEJANDRA BUITRAGO | elsiglo