La diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo tiene incidencia directa en la fijación de precios, pero los comerciantes tienen un reto: mantener la demanda en un contexto de bajos ingresos.
El dólar oficial se ha ajustado en lo que va de octubre, pero la brecha cambiaria se mantiene elevada. Así están las cosas.
En vista de lo anterior, Banca y Negocios consultó los criterios de dos expertos para conocer por qué se produce esa brecha, cuáles son sus efectos reales en la economía, cuáles son las estrategias de precios que pueden aplicar las empresas (especialmente las comerciales) para salir menos perjudicadas, entre otros aspectos.
La explicación
Asdrúbal Oliveros es economista, socio y director de la consultora económica Ecoanalítica, una firma especializada en consultoría económica y financiera.
“La brecha viene –principalmente- por la naturaleza del régimen cambiario. No toda la demanda de divisas es satisfecha en el mercado oficial, en este caso, las mesas de los bancos. Por lo tanto, existe un mercado paralelo con un precio más alto, donde las personas adquieren divisas de manera más libre, sin restricciones, sin registro, en muchos casos», advierte el economista.
«Esa brecha había estado controlada, pero tras las elecciones presidenciales, la oferta de divisas cayó de forma importante, aumentó la demanda y eso ensanchó la brecha”, explica Oliveros, apelando a los datos.
Oliveros dice que, si las empresas operan con dólar paralelo, es obvio que se producen distorsiones en la economía real. Luego, se genera una gran presión sobre el mercado oficial.
“Los empresarios deben aumentar sus precios para reponer mercancía, pero hay una dinámica de competencia particular que muchas veces no les permite hacerlo; también es preciso cuidar las ventas a crédito”, indica el economista.
De acuerdo con las estimaciones de Ecoanalítica, la demanda de divisas excede tres veces a la oferta para abastecer el mercado.
Tomar acciones ya
“La brecha sigue siendo muy alta, a pesar del esfuerzo del gobierno de devaluar la tasa oficial; es preciso que el Banco Central de Venezuela (BCV) rediseñe la estrategia, aprovechando el grado de dolarización transaccional, y favorecer la dolarización financiera», apunta Oliveros.
El economista va a al detalle, ya que, a su juicio, es necesario «permitir préstamos en dólares, la compensación en dólares entre bancos, créditos en dólares, reducir el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF); es importante introducir reformas profundas”.
Los títulos de cobertura –avanza- han evitado que suba más el paralelo. “Pero esto tiene patas cortas. No se debe abusar de eso. Como dije, se deben introducir reformas importantes”, vuelve a subrayar.
Todo esto –dice Oliveros- trae incertidumbre: se reduce el crédito comercial, se afectan los precios, y las empresas deben trabajar casi de contado.
“El más afectado es el ciudadano, porque no se le permite pagar en bolívares, por ejemplo, lo cual lo deja en una situación de gran vulnerabilidad”, cierra el círculo de sus ideas, el socio de Ecoanalítica.
Por su parte, Guilleldris Salcedo es economista y profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES) de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Es Coordinadora de Extensión de la Escuela de Economía y fundadora de la Cátedra de Emprendimiento.
-En términos didácticos, ¿Cómo se genera y/o produce esta brecha entre dólar oficial y paralelo?
– Para explicar este fenómeno debemos incorporar una de las características que ha venido marcando a la economía venezolana durante los últimos siete años. Me refiero a la presencia de una tasa de inflación elevada y latente, teniendo como momento cumbre el año 2017 cuando se originó una hiperinflación, con todas las consecuencias que conllevó para el consumidor y la actividad económica.
«Dentro de este escenario, la estrategia de la actual Administración de Gobierno ha sido implementar acciones que permitan contener el aumento sucesivo de la tasa de inflación fijando el tipo de cambio diariamente según la dinámica de oferta y demanda que registra el BCV y, por otro lado, permitiendo la dolarización de facto de la economía», continuó la economista.
Y añade: «esto ha permitido mantener la tasa oficial contenida y estabilizar el nivel de precios. Sin embargo, la demanda de divisas ha sido históricamente superior a la oferta por los mismos requerimientos de esta moneda a la dolarización espontánea. Es decir, existe preferencia de pago en moneda extranjera para las transacciones nacionales lo que genera, además de la demanda para el comercio exterior, demanda para transacciones de consumo interno».
Los rezagos acumulados entre la demanda y oferta de divisas, sumado al aumento de la liquidez monetaria en un 200% durante el último año y las presiones del efecto estacional que implica la temporada navideña (por el fomento de la temporada desde octubre) incide sobre el aumento de la demanda de divisas, lo que genera el aumento de la brecha entre el dólar oficial y el paralelo.
Tres claves para fijar precios
La catedrática aporta que la brecha cambiaria incide sobre el nivel de precios en bolívares de la economía, debido a que los comerciantes, que constituyen el contacto final con el consumidor, tienen estructuras de costos dolarizadas.
Al invertir más bolívares para la compra de dólares y así aumentar sus inventarios para el último trimestre, suelen trasladar todo el peso al precio final.
La fundadora de la Cátedra de Emprendimiento de la Escuela de Economía de la UCV ofrece tres claves a los comerciantes a la hora de fijar sus precios, para salir menos perjudicados:
–Seleccionar proveedores que sean conscientes de la situación y sean racionales con el uso de la moneda extranjera dentro de su catálogo de ventas.
-Disminuir la cadena de intermediarios dentro de su cadena de valor.
–Hacer énfasis en estrategias comerciales donde puedan maniobrar con sus costos y obtener ganancias dentro de la dinámica establecida por el tipo de cambio oficial. Es decir, la estrategia se basa en ser eficientes en costos para aumentar los ingresos y no a través del aumento de precios.
Nivel de reservas superior
La economista y profesora de la UCV, Guilleldris Salcedo dice que la economía tiene que disponer, sin duda, de un nivel de reservas superior para poder estabilizar el tipo de cambio y disminuir la brecha cambiaria con los correctivos artificiales como las inyecciones cambiarias que resultan no ser sostenibles en el tiempo.
“Para el 2025 tenemos el desafío de reconducir la política cambiaria conectada con la política fiscal y monetaria, en función de construir las condiciones e incentivos para fomentar la actividad económica”, remata de manera tajante.