En la mayoría de economías, el comercio de servicios ha mostrado más resiliencia este año, aunque a partir del segundo trimestre el ritmo bajó, lo que podría indicar que también en este sector se ha tocado techo.
El comercio global de mercancías se contraerá hasta un 5% en 2023, perdiendo un movimiento de casi 2 billones de dólares, mientras que el de servicios terminará el año en la dirección contraria, con una expansión del 7%, equivalente a 500.000 millones de dólares.
A esta conclusión llega el informe actualizado sobre el comercio global que la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) ha publicado hoy y que -en la línea de las tensiones geopolíticas que han marcado este año- se muestra pesimista con respecto a 2024.
Según los datos analizados, aunque el valor del comercio internacional bajó, su volumen progresó, lo que sugiere que la demanda global de importaciones se mantiene relativamente fuerte.
Entre los principales factores que influirán en la marcha del comercio el próximo año destacan las altas tasas de interés, el debilitamiento de la producción industrial -en Estados Unidos y China, en particular- y la volatilidad de los precios de las materias primas, influidos por los recientes conflictos armados en distintas partes del mundo.
«Es probable que los conflictos regionales y las persistentes tensiones geopolíticas añadan más incertidumbre a los mercados de materias primas», señala el informe.
Creciente demanda de minerales
En el sector de la minería, los economistas de la UNCTAD adelantan que la creciente demanda de minerales esenciales para la transición energética afectará también los precios y será un elemento más detrás de la volatilidad del mercado.
Por otra parte, los datos adelantan que el uso de medidas comerciales restrictivas aumentó en 2023 y que estas políticas también contribuirán a frenar el crecimiento del comercio internacional.
En la mayoría de economías, el comercio de servicios ha mostrado más resiliencia este año, aunque a partir del segundo trimestre el ritmo bajó, lo que podría indicar que también en este sector se ha tocado techo.
Otro dato de interés del informe se refiere a cómo han cambiado las relaciones bilaterales de comercio, en parte influidas por la guerra en Ucrania, las sanciones contra Rusia y la reducción de riesgos en la relación comercial entre Estados Unidos y China.
Bajo esta perspectiva, el cambio más notorio en cuanto al aumento de la dependencia comercial se observa en el caso de Ucrania, cuya dependencia ha crecido un 10 % frente a la Unión Europea, mientras que la de Rusia subió un 8% con respecto a China.
Del otro lado, la dependencia comercial rusa frente a la UE se redujo un 6,4%, la de Taiwán frente a China ha sido del -2,2% y la de Estados Unidos frente a China de -1,8%.